
La charla continúa en un bar donde acostumbra a ir con el grupo de alumnos luego de cada clase: “El bar te permite otra aproximación, poder charlar”. Este director de culto del cine independiente, brinda cada jueves y sábados un taller gratuito de cine desde hace 8 años, donde comparte sus experiencia y la visión que tiene del séptimo arte, “hay una proyección del se puede, no hay que tener un palo para hacer una película, tenés que tener ideas, ganas”. Por otro lado, exalta la práctica sobre la teoría y recursos, y hace gran hincapié en el estímulo a los alumnos: “Yo me preocupo en enseñarles que pueden, les digo, miren yo a los 18 años cuando arranqué con el super 8, si hubiera tenido un lugar o alguien que me dijera: `flaco, mirá se puede hacer esto´, hubiera sido un mejor tipo, hubiera hecho mucho más de lo que hice solo. Trato de darles mucha motivación”.
Las películas de El Perro se caracterizan por un realismo poético, sumado a la estética del formato de video (o como en La navidad de Ofelia y Galván, que está filmada con una cámara de fotos digital), los planos y la riqueza de los personajes y la historia. “Soy un cronista de
sigan funcionando en la cabeza después que
Los films más conocidos de Perrone fueron la trilogía de Labios de churrasco (1994), Graciadió (1997) y 5 pal` peso (1998), donde narra la vida de unos jóvenes de Ituzaingó.
"Una vez uno me dijo algo muy groso: loco, vos no sos
Otra característica típica es su capacidad de desarrollar una película a partir de un disparador impensado. En alusión a La mecha (2003), ironiza: “¿Cómo voy a hacer una película con un viejo que busca una mecha, ¿entendés? otro tipo no ve una película ahí”. Sin embargo, la cotidianeidad y los hechos aparentemente sin sentido son muy bien aprovechados para contar historias de otra manera. “Eric Rohmer en su época de escritor que dijo algo así: las películas son el único medio que enaltece a los actos cotidianos y no los hace ordinarios ni nada, al contrario, los eleva a una categoría como ningún otro arte lo puede hacer”. Perrone cuenta que esa misma frase es la que le dio el título a su próxima película a estrenar en el BAFICI 2010, Los actos cotidianos: “Ahí dije ¡guau! porque en realidad, todos mis films son un gran acto cotidiano, los pibes que se juntan en la esquina a tomarcerveza, las minitas hablando en una cama de los tipos... Lo que pasa es que dejan de ser cotidianos porque están poetizados de alguna manera”. Artesanal, independiente, El Perro brinda una caricatura realista y fuera de serie del barrio y sus personajes, con pinceladas que reflejan una sociedad en decadencia que invita a pensar sin pasar por el sensacionalismo burdo.
:::Transmitir un legado
“Para mí el cine es la práctica sobre
Además de disfrutar del taller y de encontrar a parte de su staff en el mismo, Perrone brinda herramientas valiosísimas para cualquier aprendiz de cine, tanto a nivel profesional, como a nivel personal: “Acá yo formo gente, entonces lo que hacés es aprender a trabajar sin miedo. El mayor problema que tenemos somos nosotros mismos, nos boicoteamos, entonces si yo te conecto pilas o te hago creer más en vos de los que vos creés”. Cuenta que considera fundamental estar continuamente con proyectos haciendo cosas por llevarlos a cabo, no quedarse en las ideas nomás. “Lo que tiene de bueno esto es que te genera una mística que es lo que a mí me interesa. Lo que percibís es como mucha adrenalina de laburo y me gusta mucho que los pibes encuentren el camino”.
Como maestro, transmite una prolijidad que no deja librado detalle al azar
::: Querer es poder
Según relata, fue hacia los `80 cuando repuntó su pasión por el cine. Luego de dedicarse varios años a la ilustración gráfica, el Perro vió en el formato de video (VHS), una forma de plasmar sus ideas en películas.
“Sabía que se venía otra cosa que no sabía cual era. Algunos dicen que soy un visionario, aunque me parece demasiado
“Hago películas, no hago video arte, hago películas y lo cuento con lo que puedo. Hoy queda más sofisticado decir `las grabo en digital´, bueno, me cago, es lo mismo…A mí me gusta como las mujeres se ven sin maquillaje”.
Auténtico y rebelde, Raúl Perrone demuestra que no todo el cine nacional más de lo mismo, y que no hace falta vender el alma para llegar donde uno quiere.
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+ Más sobre El Perro...
Raúl Perrone es un referente del cine independiente. Sus obras se caracterizaron desde el principio por romper con las estructuras: fue uno de los pioneros en hacer cine en VHS. Uno de los puntos de su decálogo, su manifiesto- guía es, justamente, “cagarse en el formato”, entre otras recomendaciones, como: filmar con una sóla cámara, mucho en exteriores para ahorrar luz, con un equipo no superior a las 8 personas; rodajes de no más de 8 días; tirar una toma o dos; trabajar con músicos de rock y algunos vecinos.
Director de culto, el Perro, mezcla el barrio con una pasión por experimentar con la estética poética de los planos, marca un estilo. Artesanal y minimalista, con cada propuesta busca reflejar la otra cara de la vida cotidiana. Algunas de sus películas: la trilogía antes mencionada, Chamuyando (1993), Zapada, una comedia beat (1998), Peluca y marisita (2001), La mecha (2003), Ocho años después (2005), Canadá (2007), Bonus track y 180 grados (2009).
En su carrera se destacan, la Mención honoraria en el Festival de cine de Buenos Aires, por Late un corazón, (BAFICI 2002); el Premio Especial del jurado del Festival Internacional de Cine de Friburgo en Suiza, por La mecha (2004), que además participó en los festivales de Montreal, San Sebastián, Bélgica, San Diego, Toulouse; el Premio al Mejor Director de
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