29.12.09

::: “La comedia” :::

Por Gonzalo Calvo

Los teatros de la avenida Corrientes condicionaron a sus espectadores, casi como un esquema estímulo – respuesta, a saber que el cierre del telón es único y suficiente indicio de que la obra ha finalizado. El público, guionado por el sentido común, debe aplaudir y luego retirarse del teatro.

En oposición a este ritual, el teatro experimental en una propuesta diferente, quiebra los límites de la relación actor/espectador derribando la cuarta pared y extendiéndose hacia la comunidad.
Basta con caminar tan solo unos pasos más, y atreverse a desviarse del típico recorrido de siempre, para encontrar calles perpendiculares, en un mapa casi invisible, con miles de propuestas alternativas que no son promocionadas con carteles luminosos ni glamorosas decoraciones, sino, con el boca a boca. Allí, hay miles de científicos del teatro experimentando en laboratorios de arte, buscando nuevas formas de desarticular las relaciones con el público.
Una de ellas es la compañía teatral “La comedia”, que se ha propuesto utilizar el teatro como vehículo de valores, retroalimentando sus obras con todo lo que la comunidad tiene para ofrecerles para luego ser retribuido. No trabajan con fórmulas dadas, no existen moldes a los que ajustarse, tampoco hay formato, y basta con estar dispuesto a entregar todo y estar abierto a la falla constante para ser parte del elenco.

“La comedia”, se destaca por hacer concientes a los espectadores de sí mismos. En plena obra, sin temer a lo impredecible, derrumban la cuarta pared invisible que los separa del público. Allí cualquier cosa puede pasar y el actor debe estar preparado. Esto, hace posible que ninguna función sea igual a la anterior o a la próxima. Desde un desnudo total en escena, en el que un personaje interpela a un espectador al azar directo a los ojos, mientras le dice “Se tú mismo”, hasta buscar un espectador y llevarlo al medio del escenario para hacerlo dialogar con los personajes, son algunas de las formas por las cuales “La Comedia” hace vibrar al público y destroza sin previo aviso su pasividad.

El espacio es fundamental para desestructurar las relaciones, y por esto, han optado por actuar sobre un escenario “arena” en el que, a diferencia del “italiano”, los actores se disponen al mismo nivel que el público, equilibrando e invitándolos a ser parte del mundo que han creado, incorporándolos y predisponiéndolos a formar parte.

Una de las experiencias más ricas que han vivido fue en la ciudad de Sao Pablo, Brasil, en el contexto del “Primer encuentro latinoamericano de teatro en comunidad”. Allí, reinterpretaron “El Quijote”, adaptación de la novela de Miguel de Cervantes Saavedra.
Su estadía, no se limito a la pura actuación, si no, que convivieron e intercambiaron experiencias con miles de jóvenes de todo Latinoamérica e incluso con los más variados habitantes de la zona, absorbiendo valores que luego eran llevados a escena. Aquí, se puso de manifiesto otra forma de experimentar, ya que, realizaron el mismos show en dos lugares antagónicos. En un primer momento lo presentaron con público de la ciudad y luego con gente de las favelas. Las diferencias en la reacción ante la interpelación de los actores hacia los espectadores demostraron la importancia del público, y que es posible realizar teatro incorporando los aspectos más humanos mediante el intercambio total, sin guiones preestablecidos, sin paredes, alimentando el alma y el cuerpo a pleno.

*************
El teatro es tomado por organismos de ayuda social como factor integrador, como una opción contenedora de sujetos marginados de la sociedad. Muchos de ellos, excluidos y destinados a la miseria. Bajo el programa “Teatro para la integración” llevado adelante por la asociación civil sin fines de lucro “Quijotada”, cientos de niños y jóvenes son ayudados a generar más y mejores oportunidades que eleven su calidad de vida. Desde su blog, indican que trabajan “Para que cada uno ocupe el lugar que le corresponde, y no el que le asignaron”. El éxito de este programa, que ya lleva más de seis años sobre el escenario, fue premiado por la fundación “Diario La Nación” en el 2008 por su gran compromiso al apostar a los sectores más marginados del país. Quijotada, bajo ningún aspecto constituye un “gueto”, y por esto cuenta con una gran diversidad de beneficiarios como: niños, adolescentes y jóvenes entre 6 y 22 años de edad, familias en condiciones de pobreza extrema y aquellas que viven del cirujeo. También, a la Quijotada se han incorporado “Quijotes” de otra procedencia social, clase media baja y jóvenes de clase media, con necesidades básicas cubiertas por su familia. Además, participan también de los proyectos, bajo la forma de voluntariado: docentes de áreas como salud, educación, arte, derecho y las ONG´S: CIESO, AMMA Salud, SRATEGOS. Esta diversidad de actores garantiza una real integración social de los sujetos. En conjunto, todos ellos, han presentado ya más de 20 obras de teatro dentro y fuera de la provincia de Córdoba.
*************************

No hay comentarios: